23Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: "¿Ves algo?" 24Él, alzando la vista, dijo: "Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan." 25Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas.