24Al instante gritó el padre del muchacho: "¡Creo, ayuda a mi poca fe!" 25Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él." 26Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. 27Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. 28Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?" 29Les dijo: "Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración." 30Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea 31porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres 32Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 33Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntaba: "¿De qué discutíais por el camino?" 34Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. 35Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: "Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos." 36Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37"El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe 38Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros." 39Pero Jesús dijo: "No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. 40Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros. 41"Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. 42"Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar.