10Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva." 11Le dice la mujer: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo 12¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?" 13Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed 14pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna." 15Le dice la mujer: "Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla." 16Él le dice: "Vete, llama a tu marido y vuelve acá." 17Respondió la mujer: "No tengo marido." Jesús le dice: "Bien has dicho que no tienes marido, 18porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo 19Le dice la mujer: "Señor, veo que eres un profeta. 20Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar." 21Jesús le dice: "Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no conocéis 23Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad."