20Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar." 21Jesús le dice: "Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22Vosotros adoráis lo que no conocéis 23Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad." 25Le dice la mujer: "Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo desvelará todo." 26Jesús le dice: "Yo soy, el que está hablando contigo." 27En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: "¿Qué quieres?" o "¿Qué hablas con ella?" 28La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29"Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?" 30Salieron de la ciudad e iban hacia él.