3En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. 4Porque el ángel del Señor se lavaba de tiempo en tiempo en la piscina y agitaba el agua 5Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. 6Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: "¿Quieres recobrar la salud?" 7Le respondió el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua 8Jesús le dice: "Levántate, toma tu camilla y anda." 9Y al instante el hombre recobró la salud, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. 10Por eso los judíos decían al que había sido curado: "Es sábado y no te está permitido llevar la camilla."