37Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera 38porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. 39Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día.