37Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera 38porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. 39Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. 40Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día." 41Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?"