2Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. 3Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio 4y le dicen: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. 5Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?" 6Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. 7Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra." 8E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. 9Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos 10Incorporándose Jesús le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?" 11Ella respondió: "Nadie, Señor." Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más."