9 Y tendrán miedo tus bravos, Temán, para que sea extirpado todo
hombre de la montaña de Esaú. Por la matanza,
10 por la violencia contra Jacob tu hermano, te cubrirá la vergüenza, y
serás extirpado para siempre.
11 El día que te quedaste a un lado, cuando extranjeros llevaban su
ejército cautivo, cuando entraban extraños por sus puertas, y
sobre
Jerusalén echaban suertes, tú eras como uno de ellos.
12 ¡No mires con placer el día de tu hermano, el día de su desgracia,
no te alegres de los hijos de Judá, en el día de su ruina, no dilates tu boca en
el día de su angustia!
13 ¡No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su infortunio, no
mires con placer también tú su desgracia en el día de su
infortunio, no
lleves tu mano a su riqueza, en el día de su infortunio!
14 ¡No te apostes en las encrucijadas, para exterminar a sus fugitivos,
no entregues a sus supervivientes en el día de la angustia!
15 Porque está cerca el Día de Yahveh para todas las naciones. Como
tú has hecho, se te hará: sobre tu cabeza recaerá tu merecido.
16 ¡Sí, como vosotros bebisteis sobre mi santo monte, beberán sin
cesar todas las naciones, beberán y se relamerán, y serán luego como si no
hubiesen sido!
17 Pero en el monte Sión habrá supervivencia - será lugar santo - y la
casa de Jacob recobrará sus posesiones.
18 Y será fuego la casa de Jacob, la casa de José una llama, estopa la
casa de Esaú. Los quemarán y los devorarán, no habrá un evadido de la casa
de Esaú: ¡ha hablado Yahveh!
19 Los del Négueb poseerán la montaña de Esaú, los de la Tierra Baja
el país de los filisteos, poseerán la campiña de Efraím y la
campiña de
Samaria, y los de Benjamín poseerán Galaad.
20 Los deportados, este ejército de los hijos de Israel, poseerán
Canaán hasta Sarepta, y los deportados de Jerusalén, que están en Sefarad,
poseerán las ciudades del Négueb.
21 Y subirán victoriosos al monte Sión, para juzgar a la montaña de
Esaú. ¡Y la realeza será de Yahveh!