10 Sólo quedarán unos pocos evadidos para sacar de la casa los
huesos; y si se dice al que está en el fondo de la casa: «¿Hay
todavía
alguien contigo?», dirá: «Ninguno», y añadirá: «¡Silencio!, que no hay que
mentar el nombre de Yahveh».
11 Pues he aquí que Yahveh da la orden y reduce la casa grande a
escombros, y la casa pequeña a ruinas.