18 Y salió del altar otro Ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y
gritó con fuerte voz al que tenía la hoz afilada: «Mete tu hoz
afilada y
vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque están en sazón
sus
uvas.»
19 El Ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y
lo echó todo en el gran lagar del furor de Dios.
20 Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad y brotó sangre del
lagar
hasta la altura de los frenos de los caballos en una extensión de
1.600
estadios.