14 Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los
reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del
Dios Todopoderoso.
15 (Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela y
conserve sus vestidos, para no andar desnudo y que se
vean sus
vergüenzas).
16 Los convocaron en el lugar llamado en hebreo Harmaguedón.
17 El séptimo derramó su copa sobre el aire; entonces salió del
Santuario una fuerte voz que decía: «Hecho está».
18 Se produjeron relámpagos, fragor, truenos y un violento terremoto,
= como no lo hubo desde que existen = hombres = sobre la tierra,
= un
terremoto tan violento.
19 La Gran Ciudad se abrió en tres partes, y las ciudades de las
naciones se desplomaron; y Dios se acordó de la Gran Babilonia para darle
la copa del vino del furor de su cólera.
20 Entonces todas las islas huyeron, y las montañas desaparecieron.
21 Y un gran pedrisco, con piedras de casi un talento de peso, cayó del
cielo sobre los hombres. No obstante, los hombres blasfemaron de Dios por
la plaga del pedrisco; porque fue ciertamente una plaga muy grande.