2 Conozco tu conducta: tus fatigas y paciencia; y que no puedes
soportar a los malvados y que pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles
sin serlo y descubriste su engaño.
3 Tienes paciencia: y has sufrido por mi nombre sin desfallecer.
4 Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes.
5 Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu
conducta primera. Si no, iré donde ti y cambiaré de su lugar tu candelero, si
no te arrepientes.
6 Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los
nicolaítas, que yo también detesto.
7 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias:
al
vencedor le daré a comer = del árbol de la vida, que está en el Paraíso = de
Dios.
8 Al Ángel de la Iglesia de Esmirna escribe: Esto dice = el Primero y
el Ultimo, = el que estuvo muerto y revivió.
9 Conozco tu tribulación y tu pobreza - aunque eres rico - y las
calumnias de los que se llaman judíos sin serlo y son en realidad
una
sinagoga de Satanás.
10 No temas por lo que vas a sufrir: el Diablo va a meter a algunos de
vosotros en la cárcel = para que seáis tentados, = y sufriréis una tribulación
de = diez días. = Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.
11 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las
Iglesias: el
vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda.
12 Al Ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la
espada aguda de dos filos.
13 Sé dónde vives: donde está el trono de Satanás. Eres fiel a mi
nombre y no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi
testigo fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás.
14 Pero tengo alguna cosa contra ti: mantienes ahí algunos que
sostienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balaq a poner tropiezos a
los hijos de Israel para que comieran carnes inmoladas a los ídolos
y
fornicaran.
15 Así tú también mantienes algunos que sostienen la doctrina de los
nicolaítas.
16 Arrepiéntete, pues; si no, iré pronto donde ti y lucharé contra ésos
con la espada de mi boca.
17 El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las
Iglesias: al
vencedor le daré maná escondido; y le daré también una piedrecita blanca,
y, grabado en la piedrecita, = un nombre nuevo = que nadie conoce, sino el
que lo recibe.
18 Escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios,
cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal
precioso.
19 Conozco tu conducta: tu caridad, tu fe, tu espíritu de servicio,
tu
paciencia; tus obras últimas sobrepujan a las primeras.