15 Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o
caliente!
16 Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a
vomitarte de mi boca.
17 Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te
das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y
desnudo.
18 Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te
enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto
la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los
ojos y
recobres la vista.