2 Y vi a un Ángel poderoso que proclamaba con fuerte voz: «¿Quién
es digno de abrir el libro y soltar sus sellos?»
3 Pero nadie era capaz, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo tierra, de
abrir el libro ni de leerlo.
4 Y yo lloraba mucho porque no se había encontrado a nadie digno de
abrir el libro ni de leerlo.
5 Pero uno de los Ancianos me dice: «No llores; mira, ha triunfado =
el León = de la tribu = de Judá, el Retoño = de David; él podrá abrir el libro
y sus siete sellos.»