11 Entonces se le dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que
esperasen todavía un poco, hasta que se completara el número de sus
consiervos y hermanos que iban a ser muertos como ellos.
12 Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento
terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la
luna toda
como sangre,