8 Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo montaba se
llamaba Muerte, y el Hades le seguía. Se les dio poder sobre la cuarta parte
de la tierra, = para matar con la espada, con el hambre, con la peste y con
las fieras de la tierra. =
9 Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de
los
degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.
10 Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y
veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre
de los habitantes de la tierra?»
11 Entonces se le dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que
esperasen todavía un poco, hasta que se completara el número de sus
consiervos y hermanos que iban a ser muertos como ellos.
12 Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento
terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la
luna toda
como sangre,
13 = y las estrellas del cielo cayeron = sobre la tierra, = como
la
higuera = suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte;
14 y = el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, = y todos los
montes y las islas fueron removidos de sus asientos;
15 y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos,
los
poderosos, y todos, esclavos o libres, = se ocultaron en las cuevas y en las
peñas = de los montes.