4 a oídos de las autoridades y de los hijos del rey, a oídos de los ancianos, a
oídos del pueblo entero desde el menor al mayor, de todos los que habitaban en
Babilonia, a orillas del río Sud.
5 Todos lloraron, ayunaron y oraron delante del Señor.
6 Luego reunieron dinero, según las posibilidades de cada uno,
7 y lo enviaron a Jerusalén, al sacerdote Joaquín, hijo de Jilquías, hijo de
Salom, a los demás sacerdotes y a todo el pueblo que se encontraba con él en
Jerusalén.
8 Y a Baruc, el día diez del mes de Siván, había tomado los
objetos
sagrados de la Casa del Señor que habían sido llevados del Templo, con ánimo
de volverlos a llevar a la tierra de Judá; objetos de plata
mandados hacer por
Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá,
9 después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a
Jeconías, a los príncipes, a los cerrajeros, a las autoridades y al
pueblo de la
tierra, llevándolos a Babilonia.