8 Aquí estamos todavía en nuestro destierro, donde tú nos dispersaste, para
que fuésemos oprobio, maldición y condenación por todas las
iniquidades de
nuestros padres que apartaron del Señor Dios nuestro.
9 Escucha, Israel, los mandamientos de vida, tiende tu oído para conocer la
prudencia.