25 Hijos, soportad con paciencia la ira que de parte de Dios os ha
sobrevenido. Te ha perseguido tu enemigo, pero pronto verás su ruina
y en su
cerviz pondrás tu pie.
26 Mis hijos más delicados han marchado por ásperos caminos, han sido
llevados como rebaño arrebatado por enemigos.
27 ¡Animo, hijos, clamad a Dios! pues el que os trajo esto se acordará de
vosotros;
28 y como vuestro pensamiento sólo fue de alejaros de Dios, vueltos a él,
buscadle con ardor diez veces mayor.