4 Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: «Paz de
la
Justicia» y «Gloria de la Piedad».
5 Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia Oriente y ve a
tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo,
alegres del
recuerdo de Dios.
6 Salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los
devuelve
traídos con gloria, como un trono real.