5 Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia Oriente y ve a
tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo,
alegres del
recuerdo de Dios.
6 Salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los
devuelve
traídos con gloria, como un trono real.
7 Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los
collados eternos, y comados los valles hasta allanar la tierra, para
que Israel
marche en seguro bajo la gloria de Dios.
8 Y hasta las selvas y todo árbol aromático darán sombra a Israel por orden
de Dios.