...la Biblia de Jerusalén
Baruc 6, 28-34
28 Conociendo, pues, por todo esto que no son dioses, no les temáis.
29 ¿Cómo, en efecto, podrían llamarse dioses? Son mujeres las que
presentan ofrendas ante estos dioses de plata, oro y madera.
30 Y en sus templos los sacerdotes se están sentados, con las
túnicas
desgarradas, las cabezas y las barbas rapadas y la cabeza descubierta;
31 y vocean chillando delante de sus dioses como hacen algunos en un
banquete fúnebre.
32 Los sacerdotes les quitan la vestimenta para vestir a sus mujeres y sus
hijos.
33 Si alguien les hace daño o favor, no pueden darle su merecido.
Ni
pueden poner ni quitar rey.
34 Tampoco son capaces de dar ni riquezas ni dinero. Si alguien les hace
un voto y no lo cumple, no le piden cuentas.