Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Baruc 6, 37-46

37 No tienen piedad de la viuda ni hacen bien al huérfano.

38 A los peñasos sacados del monte se parecen esos maderos recubiertos
de oro y plata, y sus servidores quedan en vergüenza.

39 ¿Cómo, pues, se puede creer o afirmar que son dioses?

40 Más aún, los mismos caldeos los desacreditan cuando, al ver a un mudo
que no puede hablar, lo llevan donde Bel, pidiéndole que le devuelva el habla,
como si este dios pudiera percibir.

41 Y no pueden ellos, que piensan, abandonar a sus dioses que no sienten

nada.

42 Las mujeres, ceñidas de cuerdas, se sientan junto a los casminos

quemando como incienso el salvado,

43 y, cuando una de ellas, solicitada por algún transeúnte, se acuesta con
él, reprocha a su vecina de no haber sido hallada digna como ella y de no haber
sido rota su cuerda.

44 Todo lo que se hace en honor de ellos es engaño. ¿Cómo, pues, se puede
creer o afirmar que son dioses?

45 Han sido fabricados por artesanos y orfebres, y no son cosa que lo que
sus artífices quieren que sean.

46 Los mismos que los han fabricado no duran mucho tiempo; ¿cómo,
pues, van a ser dioses las cosas fabricadas por ellos?