43 y, cuando una de ellas, solicitada por algún transeúnte, se acuesta con
él, reprocha a su vecina de no haber sido hallada digna como ella y de no haber
sido rota su cuerda.
44 Todo lo que se hace en honor de ellos es engaño. ¿Cómo, pues, se puede
creer o afirmar que son dioses?
45 Han sido fabricados por artesanos y orfebres, y no son cosa que lo que
sus artífices quieren que sean.
46 Los mismos que los han fabricado no duran mucho tiempo; ¿cómo,
pues, van a ser dioses las cosas fabricadas por ellos?
47 Sólo mentira y oprobio han dejado a su posteridad.
48 Y cuando les sobrevienen guerras o calamidades, los
sacerdotes
deliberan entre sí dónde esconderse con ellos.
49 ¿Cómo, pues, no darse cuenta de que no son dioses los que no pueden
salvarse a sí mismos de la guerra ni de las calamidades?
50 No siendo otra cosa que madera dorada y plateada, se reconocer
reconocerá más tarde que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes,
quedará claro que no son dioses, sino obras de manos de hombres, y que no hay
en ellos obra alguna de un dios.
51 ¿A quién, pues, no parecerá evidente que no son dioses?
52 No pueden poner rey en un país, ni dar a los hombres la lluvia.
53 No saben juzgar sus pleitos, ni liberar y proteger al agraviado, porque
son incapaces; como cornejas son entre el cielo y la tierra.