69 Como espantajo en cohombral, que no guarda nada, así son sus dioses
de madera, dorados y plateados.
70 También a un espino en un huerto, en el que todos los pájaros se posan,
o a un muerto echado en lugar oscuro, se pueden comparar sus dioses de madera,
dorados y plateados.
71 Por la púrpura y el lino que se pudre encima de ellos,
conoceréis
también que no son dioses. Ellos mismos serán al fin devorados y
serán un
oprobio para el país.