9 Ocurre a veces que los sacerdotes roban a sus dioses oro y plata
y lo
emplean en sus propios gastos, y llegan a dárselo incluso a las prostitutas de
la
terraza.
10 Los adornan también con vestidos como si fuesen hombres, a esos
dioses de plata, oro y madera; pero éstos no se libran ni de la
roña ni de los
gusanos.