12 Sepultados con él en el bautismo, con él también habéis resucitado
por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.
13 Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y en vuestra
carne incircuncisa, os vivificó juntamente con él y nos perdonó todos
nuestros delitos.
14 Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las
prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en
la cruz.
15 Y, una vez despojados los Principados y las Potestades, los exhibió
públicamente, incorporándolos a su cortejo triunfal.
16 Por tanto, que nadie os critique por cuestiones de comida o bebida,
o a propósito de fiestas, de novilunios o sábados.
17 Todo esto es sombra de lo venidero; pero la realidad es el cuerpo
de Cristo.
18 Que nadie os prive del premio a causa del gusto por ruines
prácticas, del culto de los ángeles, obsesionado por lo que vio, vanamente
hinchado por su mente carnal,
19 en lugar de mantenerse unido a la Cabeza, de la cual todo el
Cuerpo, por medio de junturas y ligamentos, recibe nutrición y cohesión,
para realizar su crecimiento en Dios.
20 Una vez que habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo
¿por qué sujetaros, como si aún vivierais en el mundo, a preceptos como
21 «no tomes», «no gustes», «no toques»,