17 Y ¿cómo este siervo de mi Señor podría hablar con mi Señor,
cuando ahora las fuerzas me faltan y ni aliento me queda?»
18 El que tenía aspecto de hombre me tocó de nuevo y me reanimó.
19 Me dijo: «No temas, hombre de las predilecciones; la paz sea
contigo, cobra fuerza y ánimo.» Y, mientras me hablaba, me
sentí
reanimado y dije: «Hable mi Señor, porque me has confortado.»