Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 12, 35-48

35 Ella, llorando, levantó los ojos al cielo, porque su corazón tenía
puesta su confianza en Dios.

36 Los ancianos dijeron: «Mientras nosotros nos paseábamos solos
por el jardín, entró ésta con dos doncellas. Cerró las puertas y
luego
despachó a las doncellas.


37 Entonces se acercó a ella un joven que estaba escondido y se
acostó con ella.

38 Nosotros, que estábamos en un rincón del jardín, al ver esta
iniquidad, fuimos corriendo donde ellos.

39 Los sorprendimos juntos, pero a él no pudimos atraparle porque
era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta se escapó.

40 Pero a ésta la agarramos y le preguntamos quién era aquel joven.
41 No quiso revelárnoslo. De todo esto nosotros somos testigos.» La

asamblea les creyó como ancianos y jueces del pueblo que eran. Y la
condenaron a muerte.

42 Entonces Susana gritó fuertemente: «Oh Dios eterno, que conoces
los secretos, que todo lo conoces antes que suceda,

43 tú sabes que éstos han levantado contra mí falso testimonio. Y
ahora voy a morir, sin haber hecho nada de lo que su maldad ha tramado
contra mí.»

44 El Señor escuchó su voz

45 y, cuando era llevada a la muerte, suscitó el santo espíritu de un
jovencito llamado Daniel,

46 que se puso a gritar: «¡Yo estoy limpio de la sangre de esta
mujer!»

47 Todo el pueblo se volvió hacia él y dijo: «¿Qué significa eso que
has dicho?»

48 El, de pie en medio de ellos, respondió: «¿Tan necios sois, hijos de
Israel, para condenar sin investigación y sin evidencia a una hija de Israel?