Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 3, 2-15

2 El rey Nabucodonosor mandó a los sátrapas, prefectos,
gobernadores, consejeros, tesoreros, juristas y jueces y a
todas las
autoridades provinciales, que se reunieran y asistieran a la dedicación de la
estatua erigida por el rey Nabucodonosor.

3 Se reunieron, pues, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros,
tesoreros, juristas y jueces y todas las autoridades provinciales
para la
dedicación de la estatua erigida por el rey Nabucodonosor; todos estaban en
pie ante la estatua erigida por el rey Nabucodonosor.

4 El heraldo pregonó con fuerza: «A vosotros, pueblos, naciones y
lenguas, se os hace saber:

5 En el momento en que oigáis el cuerno, el pífano, la cítara, la
sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, os
postraréis y
adoraréis la estatua de oro que ha erigido el rey Nabucodonosor.

6 Aquél que no se postre y la adore, será inmediatamente arrojado en
el horno de fuego ardiente.»

7 Con tal motivo, en cuanto se oyó sonar el cuerno, el pífano, la cítara,
la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, todos
los
pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que
había erigido el rey Nabucodonosor.

8 Sin embargo, algunos caldeos se presentaron a denunciar a los
judíos.

9 Tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: «¡Viva el rey
eternamente!


10 Tú, oh rey, has ordenado que todo hombre, en cuanto oiga sonar el
cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase
de música, se postre y adore la estatua de oro,

11 y que aquél que no se postre para adorarla sea arrojado en el horno
de fuego ardiente.

12 Pues hay algunos judíos a quienes has encargado de la
administración de la provincia de Babilonia: Sadrak, Mesak y Abed Negó,
que no te hacen caso, oh rey; no sirven a tu dios ni adoran la estatua de oro
que has erigido.»

13 Ebrio de cólera, Nabucodonosor mandó llamar a Sadrak, Mesak y
Abed Negó, que fueron introducidos ante el rey.

14 Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: «¿Es verdad, Sadrak,
Mesak y Abed Negó, que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro
que yo he erigido?

15 ¿Estáis dispuestos ahora, cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano,
la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de
música, a
postraros y adorar la estatua que yo he hecho? Si no la adoráis,
seréis
inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y ¿qué dios
os
podrá librar de mis manos?»