21 Fueron, pues, atados estos hombres, con sus zaragüelles, túnicas,
gorros y vestidos, y arrojados al horno de fuego ardiente.
22 Como la orden del rey era perentoria y el horno estaba
excesivamente encendido, la llamarada mató a los hombres que habían
llevado allá a Sadrak, Mesak y Abed Negó.