29 Y yo promulgo este edicto: Pueblos, naciones y lenguas, todo aquel
que hable ligeramente del Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, será
cortado en pedazos y su casa será reducida a escombros, porque no hay otro
dios que pueda salvar de este modo.»
30 Y el rey hizo prosperar a Sadrak, Mesak y Abed Negó en la
provincia de Babilonia.
31 Nabucodonosor, Rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas de
toda la tierra: ¡Sea grande vuestra paz!
32 Me ha parecido bien daros a conocer las señales y milagros que ha
hecho el Dios Altísimo.
33 ¡Que grandes sus prodigios, qué poderosos sus milagros! ¡Reino
eterno es su reino, su imperio de generación en generación!