Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 4, 23-31

23 «Y la orden de dejar el tocón y las raíces del árbol, significa que tu
reino se te conservará hasta que hayas reconocido que todo poder viene del
Cielo.


24 Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de
justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu
ventura sea larga.»

25 Todo esto le sobrevino al rey Nabucodonosor.

26 Doce meses después, paseándose por la terraza del palacio real de
Babilonia,

27 iba diciendo el rey: «¿No es ésta la gran Babilonia que yo he
edificado como mi residencia real, con el poder de mi fuerza y para la gloria
de mi majestad?»

28 Aún estaban estas palabras en la boca del rey, cuando una voz cayó
del cielo: «¡A ti se te habla, rey Nabucodonosor! La realeza se te ha ido.

29 De entre los hombres serás arrojado, con las bestias del campo
morarás; hierba como los bueyes tendrás por comida, y siete tiempos
pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino
de los hombres, y se lo da a quien le place.»

30 Y al punto se cumplió la palabra en Nabucodonosor: fue arrojado
de entre los hombres, se alimentó de hierba como los bueyes, su cuerpo fue
bañado del rocío del cielo, hasta crecerle sus cabellos como plumas
de
águila y sus uñas como las de las aves.

31 «Al cabo del tiempo fijado, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al
cielo, y la razón volvió a mí; entonces bendije al Altísimo,
alabando y
exaltando al que vive eternamente, cuyo imperio es un imperio eterno,
y
cuyo reino dura por todas las generaciones.