21 Fue expulsado de entre los hombres y su corazón se hizo semejante
al de las bestias; estuvo conviviendo con los onagros; se alimentó de hierba
como los bueyes, y su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta
que
reconoció que el Dios Altísimo domina sobre el reino de los hombres
y
pone en él a quien le place.
22 Pero tú, Baltasar, hijo suyo, no has humillado tu corazón, a pesar
de que sabías todo esto;
23 te has engreído contra el Señor del Cielo, se han traído a tu
presencia los vasos de su Casa, y tú, tus dignatarios, tus mujeres
y tus
concubinas, habéis bebido vino en ellos. Habéis celebrado a los dioses de
plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que no ven ni oyen ni
entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio
aliento y de quien dependen todos tus caminos.