Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 6, 11-28

11 Al saber que había sido firmado el edicto, Daniel entró en su casa.
Las ventanas de su cuarto superior estaban orientadas hacia Jerusalén y tres
veces al día se ponía él de rodillas, para orar y dar gracias a su Dios; así lo
había hecho siempre.

12 Aquellos hombres vinieron atropelladamente y sorprendieron a
Daniel invocando y suplicando a su Dios.

13 Entonces se presentaron al rey y le dijeron acerca de la prohibición
real: «¿No has firmado tú una prohibición según la cual todo el
que
dirigiera, en el término de treinta días, una oración a quienquiera que fuese,
dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sería arrojado al foso de
los leones?»
Respondió el rey: «La cosa está decidida, según la ley de los medos y los
persas, que es irrevocable.»

14 Entonces ellos dijeron en presencia del rey: «Daniel, ese deportado
de Judá, no hace caso de ti, oh rey, ni de la prohibición que tú has firmado:
tres veces al día hace su oración.»

15 Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso salvar a
Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarle.

16 Pero aquellos hombres volvieron atropelladamente ante el rey y le
dijeron: «Ya sabes, oh rey, que según la ley de los medos y los
persas
ninguna prohibición o edicto dado por el rey puede ser modificado.»

17 Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarle al foso de
los leones. El rey dijo a Daniel: «Tu Dios, a quien sirves con perseverancia,
te librará.»

18 Se trajo una piedra que fue colocada a la entrada del foso, y el rey
la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para
que no se
pudiese cambiar la suerte de Daniel.

19 Después el rey volvió a su palacio y pasó la noche en ayuno; no
dejó que le trajeran concubinas y el sueño huyó de él.

20 Al amanecer, al rayar el alba, el rey se levantó y se dirigió a toda
prisa al foso de los leones.

21 Acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada: «Daniel,
servidor del Dios vivo, tu Dios, a quien sirves con perseverancia,
¿ha
podido librarte de los leones?»

22 Entonces Daniel habló con el rey: «¡Viva el rey eternamente!

23 Mi Dios ha enviado a su ángel, que ha cerrado la boca de los leones
y no me han hecho ningún mal, porque he sido hallado inocente ante él. Y
tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta alguna.»


24 El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso.
Sacaron a Daniel del foso y no se le encontró herida alguna, porque había
confiado en su Dios.

25 Y el rey mandó traer a aquellos hombres que habían acusado a
Daniel y echarlos al foso de los leones, a ellos, y a sus hijos y mujeres. Y no
habían llegado aún al fondo del foso cuando ya los leones se habían lanzado
sobre ellos y les habían triturado todos los huesos.

26 Entonces, el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y
lenguas que habitaban en toda la tierra: «¡Sea grande vuestra paz!

27 Por mí se decreta que en todos los dominios de mi reino se tema y
se tiemble ante el Dios de Daniel, porque él es el Dios vivo, que subsiste
por siempre, - su reino no será destruido y su imperio durará hasta el fin -

28 el que salva y libera, obra señales y milagros en los cielos y en la
tierra; el que ha salvado a Daniel del poder de los leones.»