17 Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarle al foso de
los leones. El rey dijo a Daniel: «Tu Dios, a quien sirves con perseverancia,
te librará.»
18 Se trajo una piedra que fue colocada a la entrada del foso, y el rey
la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para
que no se
pudiese cambiar la suerte de Daniel.
19 Después el rey volvió a su palacio y pasó la noche en ayuno; no
dejó que le trajeran concubinas y el sueño huyó de él.
20 Al amanecer, al rayar el alba, el rey se levantó y se dirigió a toda
prisa al foso de los leones.