Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 7, 9-17

9 Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano
se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su
cabeza,
puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego
ardiente.


10 Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le
servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él. El
tribunal se
sentó, y se abrieron los libros.

11 Miré entonces, atraído por el ruido de las grandes cosas que decía
el cuerno, y estuve mirando hasta que la bestia fue muerta y su
cuerpo
destrozado y arrojado a la llama de fuego.

12 A las otras bestias se les quitó el dominio, si bien se les concedió
una prolongación de vida durante un tiempo y hora determinados.

13 Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que
en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el
Anciano y fue llevado a su presencia.

14 A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones
y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y
su reino no será destruido jamás.

15 Yo, Daniel, quedé muy impresionado en mi espíritu por estas
cosas, y las visiones de mi cabeza me dejaron turbado.

16 Me acerqué a uno de los que estaban allí de pie y le pedí que me
dijera la verdad acerca de todo esto. El me respondió y me indicó
la
interpretación de estas cosas:

17 «Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que surgirán de la
tierra.