11 Llegó incluso hasta el Jefe del ejército, abolió el sacrificio perpetuo
y sacudió el cimiento de su santuario
12 y al ejército; en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por
tierra la verdad; así obró y le acompañó el éxito.
13 Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que
hablaba: «¿Hasta cuándo la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad
desoladora, el santuario y el ejército pisoteados?»