22 El cuerno roto y los cuatro cuernos que despuntaron en su lugar,
son cuatro reinos salidos de su nación, pero que no tendrán su fuerza.
23 «Y al término de su reino, cuando lleguen al colmo los pecados,
surgirá un rey, insolente y hábil en engaños.
24 Se hará poderosa su fuerza - mas no por su fuerza misma - tramará
cosas inauditas, prosperará en sus empresas, destruirá a poderosos y
al
pueblo de los santos.
25 Y, por su habilidad, triunfará el engaño entre sus manos. Se
exaltará en su corazón, y por sorpresa destruirá a muchos. Se alzará contra
el Príncipe de los Príncipes, pero - sin que mano alguna intervenga - será
quebrantado.
26 Es verdad la visión de las tardes y mañanas que se ha dicho, mas tú
guarda en secreto la visión, pues habrá aún para muchos días.»
27 Yo, Daniel, desfallecí y estuve enfermo unos cuantos días. Luego
me levanté para ocuparme de los asuntos del rey. Seguía perplejo por
la
visión, que no se podía comprender.