25 Y, por su habilidad, triunfará el engaño entre sus manos. Se
exaltará en su corazón, y por sorpresa destruirá a muchos. Se alzará contra
el Príncipe de los Príncipes, pero - sin que mano alguna intervenga - será
quebrantado.
26 Es verdad la visión de las tardes y mañanas que se ha dicho, mas tú
guarda en secreto la visión, pues habrá aún para muchos días.»
27 Yo, Daniel, desfallecí y estuve enfermo unos cuantos días. Luego
me levanté para ocuparme de los asuntos del rey. Seguía perplejo por
la
visión, que no se podía comprender.