3 Levanté los ojos para ver, y vi un carnero que estaba delante de la
puerta. Tenía dos cuernos; los dos cuernos eran altos, pero uno más que otro
y el más alto había despuntado el último.
4 Vi que el carnero acometía contra el oeste, el norte y el sur. Ninguna
bestia podía resistirle, nada podía escapar a su poder. Hacía lo que
le
parecía y así se hizo grande.