Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 8, 8-19

8 El macho cabrío se hizo muy grande, pero cuando estaba en la
plenitud de su poder, el gran cuerno se rompió y en su lugar despuntaron
cuatro «magníficos» en la dirección de los cuatro vientos del cielo.

9 De uno de ellos salió un cuerno, pequeño, que creció mucho en
dirección del sur, del oriente y de la Tierra del Esplendor.

10 Creció hasta el ejército del cielo, precipitó en tierra parte del
ejército y de las estrellas, y las pisoteó con sus pies.

11 Llegó incluso hasta el Jefe del ejército, abolió el sacrificio perpetuo
y sacudió el cimiento de su santuario

12 y al ejército; en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por
tierra la verdad; así obró y le acompañó el éxito.

13 Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que
hablaba: «¿Hasta cuándo la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad
desoladora, el santuario y el ejército pisoteados?»

14 Le respondió: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas: después
será reivindicado el santuario.»

15 Mientras yo, Daniel, contemplaba esta visión y trataba de
comprenderla, vi de pronto delante de mí como una apariencia de hombre,


16 y oí una voz de hombre, sobre el Ulay, que gritaba: «Gabriel,
explícale a éste la visión.»

17 El se acercó al lugar donde yo estaba y, cuando llegó, me aterroricé
y caí de bruces. Me dijo: «Hijo de hombre, entiende: la visión se refiere al
tiempo del Fin.»

18 Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me
tocó y me hizo incorporarme donde estaba.

19 Luego dijo: «Mira, voy a manifestarte lo que ocurrirá al fin de la
Ira, porque el Fin está fijado.