11 Sino que la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión es
una tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo.
12 De esta tierra se cuida Yahveh tu Dios; los ojos de Yahveh tu Dios
están constantemente puestos en ella, desde que comienza el año hasta que
termina.
13 Y si vosotros obedecéis puntualmente a los mandamientos que yo
os prescribo hoy, amando a Yahveh vuestro Dios y sirviéndole con
todo
vuestro corazón y con toda vuestra alma,
14 yo daré a vuestro país la lluvia a su tiempo, lluvia de otoño y lluvia
de primavera, y tú podrás cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite;
15 yo daré a tu campo hierba para tu ganado, y comerás hasta hartarte.
16 Cuidad bien que no se pervierta vuestro corazón y os descarriéis a
dar culto o otros dioses, y a postraros ante ellos;
17 pues la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y cerraría los
cielos, no habría más lluvia, el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais
bien pronto en esa tierra buena que Yahveh os da.
18 Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas
a vuestra mano como una señal, y sean como una insignia entre
vuestros
ojos.
19 Enseñádselas a vuestros hijos, hablando de ellas tanto si estás en
casa como si vas de viaje, así acostado como levantado.
20 Las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas,