2 Vosotros sabéis hoy - no vuestros hijos, que ni saben ni han visto la
lección de Yahveh vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte y su
tenso
brazo -
3 las señales y hazañas que realizó él en medio de Egipto, contra
Faraón rey de Egipto y todo su pueblo;
4 lo que hizo con el ejército de Egipto, con sus caballos y sus carros,
precipitando sobre ellos las aguas del mar de Suf cuando os perseguían, y
aniquilándolos Yahveh hasta el día de hoy;
5 lo que ha hecho por vosotros en el desierto hasta vuestra llegada a
este lugar;
6 lo que hizo con Datán y Abirón, hijos de Eliab el rubenita, cuando la
tierra abrió su boca y los tragó en medio de todo Israel, con sus familias, sus
tiendas y todos los que les seguían.
7 Pues vuestros mismos ojos han visto toda esta gran obra que Yahveh
ha realizado.
8 Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para
que os hagáis fuertes y lleguéis a poseer la tierra a la que vais a pasar para
tomarla en posesión,
9 y para que prolonguéis vuestros días en el suelo que Yahveh juró dar
a vuestros padres y a su descendencia, tierra que mana leche y miel.
10 Porque la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión no es
como el país de Egipto del que habéis salido, donde después de
sembrar
había que regar con el pie, como se riega un huerto de hortalizas.
11 Sino que la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión es
una tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo.