Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Deuteronomio 12, 1-31

1 Estos son los preceptos y normas que cuidaréis de poner en práctica
en la tierra que Yahveh el Dios de tus padres te ha dado en posesión, todos
los días que viváis en su suelo.


2 Suprimiréis todos los lugares donde los pueblos que vais a desalojar
han dado culto a sus dioses, en lo alto de los montes, en las colinas, y bajo
todo árbol frondoso;

3 demoleréis su altares, romperéis sus estelas, quemaréis sus cipos,
derribaréis las esculturas de sus dioses y suprimiréis su nombre de
este
lugar.

4 No procederéis así respecto de Yahveh vuestro Dios,

5 sino que sólo vendréis a buscarle al lugar elegido por Yahveh
vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en él la morada de
su
nombre.

6 Allí llevaréis vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros
diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos, vuestras ofrendas
votivas y vuestras ofrendas voluntarias, los primogénitos de vuestro ganado
mayor y menor,

7 allí comeréis en presencia de Yahveh vuestro Dios y os regocijaréis,
vosotros y vuestras casas, de todas las empresas en que Yahveh tu Dios te
haya bendecido.

8 No haréis lo que nosotros hacemos aquí hoy, cada cual lo que le
parece bien,

9 porque todavía no habéis llegado al lugar de descanso y a la heredad
que Yahveh tu Dios te da.

10 Pero cuando paséis el Jordán y habitéis en la tierra que Yahveh
vuestro Dios os da en herencia, cuando él os haya puesto al abrigo de todos
vuestros enemigos de alrededor, y viváis con tranquilidad,

11 llevaréis al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios para morada de
su nombre todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y
vuestros
sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos,
lo más selecto de vuestras ofrendas que hayáis prometido con voto
a
Yahveh;

12 y os regocijaréis en presencia de Yahveh, vosotros, vuestros hijos y
vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, así como el
levita que
vive en vuestras ciudades, ya que no tiene parte ni heredad con vosotros.

13 Guárdate de ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar sagrado que

veas;

14 sólo en el lugar elegido por Yahveh en una de tus tribus podrás

ofrecer tus holocaustos y sólo allí pondrás en práctica todo lo que
yo te
mando.

15 Podrás, sin embargo, siempre que lo desees, sacrificar y comer la
carne, como bendición que te ha dado Yahveh tu Dios, en todas tus
ciudades. Tanto el puro como el impuro podrán comerla, como si fuese
gacela o ciervo.

16 Sólo la sangre no la comeréis; la derramarás en tierra como agua.
17 No podrás comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu mosto

o de tu aceite, ni los primogénitos de tu ganado mayor o menor, ninguna de
tus ofrendas votivas o de tus ofrendas voluntarias, ni las
ofrendas
reservadas de tus manos.


18 Sino que lo comerás en presencia de Yahveh tu Dios, en el lugar
elegido por Yahveh tu Dios y solamente allí, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y
tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Y te regocijarás en presencia
de Yahveh tu Dios por todas tus empresas.

19 Guárdate de dejar abandonado al levita mientras vivas en tu suelo.
20 Cuando Yahveh tu Dios haya ensanchado tu territorio, como te ha

prometido, y digas: «Querría comer carne», si deseas comer carne, podrás
hacerlo siempre que quieras.

21 Si el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre
está demasiado lejos de ti, podrás sacrificar del ganado mayor y menor que
Yahveh te haya concedido, del modo que yo te he prescrito; lo podrás
comer en tus ciudades a la medida de tus deseos;

22 y lo comerás como se come la gacela o el ciervo; podrán comerlo
tanto el puro como el impuro.

23 Guárdate sólo de comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no
debes comer la vida con la carne.

24 No la comerás, la derramarás en tierra como agua.

25 No la comerás, para que seas feliz, tú y tu hijo después de ti, por
haber hecho lo que es justo a los ojos de Yahveh.

26 Pero las cosas sagradas que te correspondan y las que hayas
prometido con voto, irás a llevarlas a aquel lugar elegido por Yahveh.

27 Harás el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar
de
Yahveh tu Dios; la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar
de Yahveh tu Dios, y tu podrás comer la carne.

28 Observa y escucha todas estas cosas que yo te mando, para que
seas feliz siempre, tú y tu hijo después de ti, por haber hecho lo
que es
bueno y justo a los ojos de Yahveh tu Dios.

29 Cuando Yahveh tu Dios haya exterminado las naciones que tú vas
a desalojar ante ti, cuando las hayas desalojado y habites en su tierra,

30 guárdate de dejarte prender en el lazo siguiendo su ejemplo
después de haber sido ellos exterminados ante ti, y de buscar sus
dioses,
diciendo; «¿Cómo servían estas naciones a sus dioses? Así
haré yo
también,»

31 No procederás así con Yahveh tu Dios. Porque todo lo que es una
abominación para Yahveh, lo que detesta, lo hacen ellos en honor de sus
dioses: llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos e hijas en honor de sus
dioses.