16 Pero si él te dice: «No quiero marcharme de tu lado», porque te
ama, a ti y a tu casa, porque le va bien contigo,
17 tomarás un punzón, le horadarás la oreja contra la puerta, y será tu
siervo para siempre. Lo mismo harás con tu sierva.
18 No se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el
haberte servido seis años vale por un doble salario de jornalero. Y Yahveh
tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
19 Todo primogénito que nazca en tu ganado mayor o menor, si es
macho, lo consagraras a Yahveh tu Dios. No someterás al trabajo al
primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tu oveja.
20 Lo comerás, tú y tu casa, cada año, en presencia de Yahveh tu
Dios, en el lugar elegido por Yahveh.
21 Si tiene alguna tara, si es cojo o ciego o con algún otro
defecto
grave, no lo sacrificarás a Yahveh tu Dios.
22 Lo comerás en tus ciudades, lo mismo el puro que el impuro, como
si fuese gacela o ciervo;
23 sólo la sangre no la comerás; la derramarás en tierra como agua.