8 sino que le abrirás tu mano y le prestarás lo que necesite para
remediar su indigencia.
9 Cuida de no abrigar en tu corazón estos perversos pensamientos:
«Ya pronto llega el año séptimo, el año de la remisión», para mirar
con
malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; él apelaría a Yahveh contra
ti y te cargarías con un pecado.