11 Pero si un hombre odia a su prójimo y le tiende una emboscada, se
lanza sobre él, le hiere mortalmente y aquél muere, y luego huye a una de
estas ciudades,
12 los ancianos de su ciudad mandarán a prenderle allí, y le entregarán
en manos del vengador de sangre, para que muera.
13 No tendrá tu ojo piedad de él. Harás desaparecer de Israel todo
derramamiento de sangre inocente, y así te irá bien.
14 No desplazarás los mojones de tu prójimo, puestos por los
antepasados, en la heredad recibida en la tierra que Yahveh tu Dios te da en
posesión.
15 Un solo testigo no es suficiente para convencer a un hombre de
cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito que haya cometido, sólo
por declaración de dos o tres testigos será firme la causa.
16 Si un testigo injusto se levanta contra un hombre para acusarle de
transgresión,
17 los dos hombres que por ello tienen pleito comparecerán en
presencia de Yahveh, ante los sacerdotes y los jueces que estén entonces en
funciones.
18 Los jueces indagarán minuciosamente, y si resulta que el testigo es
un testigo falso, que ha acusado falsamente a su hermano,
19 haréis con él lo que él pretendía hacer con su hermano. Así harás
desaparecer el mal de en medio de ti.