22 Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada,
morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma.
Así harás desaparecer de Israel el mal.
23 Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la
encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
24 los sacaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los
apedrearéis
hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al
hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer
el mal de en medio de ti.
25 Pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven
prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo morirá el hombre
que se
acostó con ella;
26 no harás nada a la joven: no hay en ella pecado que merezca la
muerte. El caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su prójimo
y le mata: